BUBO
La soledad de los números primos nos atrapó con su fácil lectura para llevarnos a las profundidades de las complejas relaciones humanas. Los personajes principales, dueños de un enigmático mundo interior, se nos presentan desnudos a primera vista pero a medida que avanzamos en la reflexión nos convencemos de que tan solo alcanzamos algunas pocas pinceladas; incluso tenemos la impresión de conocer más y mejor a los secundarios como al amigo de Mattia o al fotógrafo para el que trabaja Alice.
La problemática particular de cada uno de ellos centró parte del debate, otros temas fueron aflorando según íbamos ganando confianza:
- el trato de Alice con la criada ecuatoriana
- la finalización de determinados ritos como paso de la infancia a la adolescencia
- ¿la excelencia en los estudios es sintomática de malas relaciones sociales?
- ser especial, ¿positivo o negativo?
Pero, sin lugar a dudas, la estrella de la comida-literaria fue la ambientación que hicimos entre todos. Tuvimos en cuenta tanto el libro como a su autor italiano, Paolo Giordano, así que en la comida no faltó la pizza, la mozzarella con tomate, pastas italianas e incluso el tiramisú cortado con una navaja de la misma Cerdeña:
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Tenemos que destacar, para hacer justicia, los
riquísimos Cannoli di ricotta,
citados en el libro y elaborados por Rebe, quien los compartió con nosotros
en un alarde de generosidad (la mayoría nos los hubiésemos comido todos antes
de llegar al centro). Gracias, Rebe.
Y
todo esto aderezado con la selección musical elegida por Xemma y Paqui de la que
os dejamos el enlace por si la queréis degustar:
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Tu vuò fa’ l’americano, Renato
Carosone
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Il cielo in una
stanza, Mina
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Senza fine, Gino Paoli
¿Podremos
superarlo? Vamos a intentarlo el próximo 10 de diciembre con:
La librería
Novela finalista del Booker Prize, La librería es una delicada aventura tragicómica, una obra maestra de la entomología librera. Florence Green vive en un minúsculo pueblo costero de Suffolk que en 1959 está literalmente apartado del mundo, y que se caracteriza justamente por «lo que no tiene». Florence decide abrir una pequeña librería, que será la primera del pueblo. Adquiere así un edificio que lleva años abandonado, comido por la humedad y que incluso tiene su propio y caprichoso poltergeist. Pero pronto se topará con la resistencia muda de las fuerzas vivas del pueblo que, de un modo cortés pero implacable, empezarán a acorralarla. Florence se verá obligada entonces a contratar como ayudante a una niña de diez años, de hecho la única que no sueña con sabotear su negocio. Cuando alguien le sugiere que ponga a la venta la polémica edición de Olympia Press de Lolita de Nabokov, se desencadena en el pueblo un terremoto sutil pero devastador.
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