jueves, 25 de febrero de 2016

Club BUBO – 5ª sesión



BUBO

Brooklyn, de Colm Tóibín, nos ha tocado a todos el alma. Cada uno de nosotros recordaba algún familiar y/o amigo cuya emigración marcó para siempre nuestras vidas. Es una novela ambientada en Irlanda y en Nueva York que podrían ser perfectamente Galicia y Cuba.
Nos ha maravillado la espléndida prosa del autor, una narración en tercera persona que leemos varias veces para comprobar que no es una primera… así es la intimidad que consigue… así traspasa la piel…
Detalles y anécdotas han surgido tras las páginas del libro: el primer viaje en barco, la unión entre católicos, la tímida independencia de la mujer, los restringidos códigos sociales, el inicio de los derechos civiles en Norteamérica… un sinfín de temas para tratar a través de la experiencia vital de la protagonista.La ambientación llevada a cabo ha sido espectacular de nuevo, en cada sesión los componentes del club se superan a sí mismos. Esta vez compartimos café irlandés (comprado en Irlanda, ¡no penséis mal!), dos bizcochos (como en una de las fiestas de la novela), medias de oferta (buenísimo el detalle), fotos de “nuestra” emigración en blanco y negro, la magnífica novela gráfica Emigrantes (de Shaun Tan), la canción que tocan en el encuentro de Navidad y una hermosísima canción irlandesa que lee y pone música a cartas escritas desde la emigración…pone los pelos de punta… os dejamos el enlace, asi como fotos de la ambientación, no os la perdáis:
 



Estamos deseando ver la versión cinematográfica que se estrenará este viernes 26 de febrero en los cines.
Nos volveremos a reunir el 17 de marzo para comentar la aclamada biografía novelada:

Correr

Jean Echenoz


En los Juegos interaliados de Berlín, en 1946, al ver detrás del cartel de Checoslovaquia a un solo atleta desmañado, todo el mundo se ríe. Cuando ese atleta, que no se ha percatado de que lo convocan para participar en su prueba, atraviesa el estadio como un loco gritando y agitando los brazos, los periodistas sacan veloces sus libretas. Cuando cruza la meta en solitario, los ochenta mil espectadores estallan en un clamor. En pocos años y dos Olimpiadas, Emil Zátopek es invencible hasta que estalla la Primavera de Praga, se alinea con Dubček contra el estalinismo y cae en desgracia.

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